lunes, 13 de marzo de 2017

Chez Jacques de la Merde...




Hay alimentos que, servidos frente al mar Mediterráneo, tienen su propia melodía. Qué bien suena un arroz a banda, una paella de verduras, un pastel de berenjena o un estofado con laurel; qué lírica en los higos, uvas, naranjas, granadas y melones. Son productos naturales que deben quedar escritos sobre las cartas de los restaurantes sin más mejunjes literarios que rompan su sustancia natural. Circula por las redes sociales un tal Chef Jacques de la Merde que presenta una curiosa colección de platos. Una cocina de impacto visual que a primera vista es muy refinada si uno pretende comer con los ojos. No obstante, cada uno de estos platos está elaborado con ingredientes chatarra. Sin duda hay sibaritas que prefieren estos alimentos porque les hace parecer muy modernos, aunque les produzca digestiones muy pesadas e incluso corran el riesgo de morir envenenados. Habrá que llevar cuidado con este Chef y su Merde. Por mi parte no hay mayor refinamiento que comer cosas sencillas condimentadas con una buena dosis de hambre para encontrarse con Platón en su banquete y reconciliarse con la vida.


Cristina González Moya

Por y Para Aranjuez Magazine

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